La chamifrase de la semana 119 – Domingo 11 de mayo de 2014
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
“Llamamos generosidad y sacrificio al
hecho de consagrarse a Dios, como si uno perdiese algo al entregarse a Aquél
que se le da a cambio. No es sacrificio, es una ganancia. ¡Y vaya ganancia,
santo cielo, pues se consigue, ya aquí abajo, la divinidad misma y la
felicidad!” . Carta 1190 - 9 febrero 1840. Al P. Perrodin).
Guillermo José, nos invita a reencuadrar nuestra mirada. No es en el
“sacrificio” donde hay que poner el foco sino en la “ganancia”, que es la que
da la razón de ser de una vocación consagrada: la entrega generosa dedicando el
corazón y la vida entera a Jesús y a su Proyecto del Reino, sirviendo
especialmente a los que más sufren. Esto es lo que define y da consistencia a
las vocaciones consagradas y no el sacrificio y las renuncias prescriptas. Claro que cuando falta el núcleo fundante,
que no es una mera compresión teológica o un deseo piadoso, sino una
experiencia única y existencial que implica una llamada y una respuesta, los
medios (“las renuncias”) se convierten
en fines que por sí mismos son insostenibles y no pueden configurar un proyecto
de vida que busca como todo camino
humano encontrar el horizonte de la felicidad.
El Padre Perrodin, ya era sacerdote, y durante años había esperado el
permiso del Obispo para ingresar a la Compañía de María. El Padre Chaminade le escribe en vísperas de
sus primeros votos religiosos como marianista, recibiéndolo con gran alegría, y
explicitando su alta estima de la consagración a Dios por la profesión
religiosa. Esta consideración la
encontramos desde el inicio de la Familia Marianista. Primero en el acompañamiento de aquellos
jóvenes que formando el “Estado” (y viviendo como religiosos con votos
privados) acompañaban las congregaciones marianas. Y finalmente, y luego del
encuentro con Adela, en la fundación de los Institutos Religiosos.
Nuestros Fundadores consideraban la vida religiosa marianista en el
corazón de nuestra Familia, como testimonio y signo elocuente de nuestra
identidad carismática.
Seguramente, y en sintonía con una necesidad sentida en toda la Iglesia,
la vida consagrada marianista tendrá que seguir consolidando su renovación en
modos y formas, encontrando nuevos caminos para vivir hoy en el siglo XXI una
vocación que en nuestro caso adquiere su sentido pleno en el seno de una
Familia.
De la mano de Guillermo José, todos debemos convertirnos en agentes de
Pastoral Vocacional, comenzando por comprender y valorar las vocaciones
religiosas marianistas desde la “ganancia” y no desde las supuestas
pérdidas. En muchos de nuestros ámbitos
la vida religiosa marianista está más presente en las anécdotas del pasado que
en nuestra preocupación por sostener la que nos acompaña en el presente o en
crear espacios propicios para el surgimiento de nuevas vocaciones para el
futuro.
Nos conformamos constatando las características del mundo en el que
vivimos y afirmando que las mismas no favorecen de ninguna manera nuevas
vocaciones religiosas. Hemos conocido
también tantos “fracasos” y abandonos, que nos cuesta a veces reconsiderar el
valor de la entrega generosa y de la fidelidad perseverante.
Dejemos que nuestro Padre y Fundador nos vuelva a entusiasmar con el
significado y el valor insustituible de la presencia de vocaciones consagradas
por la profesión religiosa en nuestra Familia Marianista. Convirtámonos en
promotores de una vida religiosa desde una mirada positiva y plena de sentido.
Y no dejemos de orar con insistencia al Señor para que nos regale vocaciones religiosas
marianistas:
"Señor, Tu que acompañas siempre
a tu pueblo peregrino,
y que nos regalaste el carisma marianista
a través del beato Gullermo José Chaminade y la Madre
Adela,
te pedimos que toques
el corazón de los jóvenes
que estás llamando
a la Vida Religiosa marianista.
María, Madre de la juventud,
ayúdalos a responder con generosidad.
Ponemos también en tus manos
a los que ya han respondido,
para que sean fieles signos,
testigos y constructores del Reino,
en medio de los jóvenes y los pobres.
Amén."
AT sm
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