La chamifrase de la semana 35
19 de febrero de 2012
“No
se rompan la cabeza: dejen actuar al corazón”
(Carta
68 - 1 junio 1816 – a Adela de Trenquelléon).
A
una semana del inicio de la primera comunidad religiosa marianista en Agen, el
Padre Chaminade escribe a Adela y a sus primeras compañeras, anunciando que
llegará para acompañarlas unos días después. La primera semana ha
sido intensa y no han faltado situaciones que han generado inquietud y
necesidad de encontrar soluciones que posibiliten la continuidad de este paso
tan importante. Algunas de las dificultades han venido porque el Obispo
del lugar tiene ideas diferentes a las de Guillermo José acerca del estilo de
vida religiosa que tienen que vivir. Y de alguna manera están en un
callejón sin salida. El consejo del Fundador les ayuda a cambiar de perspectiva
en la resolución de los problemas. No se trata de una mera
negociación entre posturas diversas para lograr encontrar una resolución al
conflicto. La misma Adela prefiere aceptar la postura del Obispo
para poder seguir adelante con el Proyecto, pensando que insistir en la
exigencia chaminadiana de una vida religiosa plena podría quitarle impronta misionera
a su nueva comunidad (dada la costumbre de la clausura para las religiosas de
votos perpetuos).
Guillermo
José sabe que mientras llega a Agen necesita acompañar a las hermanas para que
puedan discernir con tranquilidad. Se da cuenta que seguir agregando
argumentos no tiene sentido y por eso les pide que “no se rompan la
cabeza”. Y las invita a que “dejen actuar el corazón”: porque en él
se reencontrarán con las motivaciones más profundas que las ha llevado a
juntarse en Agen para dar inicio a la vida religiosa marianista; y porque es en
el corazón donde el Señor les confirmará la vocación a la que han sido
llamadas.
Cuántas
veces nos perdemos buscando solucionar nuestros problemas o las dificultades
que nos surgen en la vida y en la misión, y especialmente ante situaciones
nuevas y decisiones que tenemos que tomar y nos “rompemos la cabeza” sin
encontrar la salida adecuada o conformándonos con opciones parciales aceptadas
antes de tiempo. En estas situaciones, hay que “dejar actuar el
corazón”: porque nos ayuda a tomar conciencia de lo esencial, nos reubica en un
contexto existencial y espiritual más amplio y profundo, porque es el lugar
donde el Espíritu confirma las opciones fundamentales y porque podremos
reconsiderar nuestras ideas con un horizonte de sentido más auténtico.
Admira
recibir de labios del Padre Chaminade este consejo: “No se rompan
la cabeza: dejen actuar el corazón”, escrito hace casi doscientos años y
que cualquier maestro espiritual actual nos recomendaría con convicción.
Querido
Guillermo José, queremos hoy dejarnos acompañar por vos,
que
con tu sabiduría y tu testimonio nos invitás
a
no dejarnos desalentar por los problemas
y
a saber mirar “más allá” a la hora de tomar decisiones.
Querido
Guillermo José,
cuando
nos enfrentamos a los conflictos que nos toca resolver,
o
estamos en presencia de dificultades
que
aparecen en nuestra vida y en nuestra misión,
o
cuando no terminamos de encontrar una solución adecuada a un problema,
o
sentimos que los argumentos se acaban para sostener una opción,
o
cuando nos cansamos y preferimos aceptar
una
solución mediocre y transitoria antes de seguir buscando,
esperamos
volver a escuchar desde nuestro interior
tu
voz de Padre y Consejero:
“No
se rompan la cabeza: dejen actuar el corazón”
AT
sm