domingo, 26 de junio de 2011

“El Salvador por su sacramento adorable se hace nuestro compañero de peregrinación”


La CHAMIFRASE de la Semana 4

Domingo 26 de junio, Fiesta del Corpus Christi


“El Salvador por su sacramento adorable se hace nuestro compañero de peregrinación”

(Retiro de Pentecostés de 1823)

Ya lo experimentaron aquellos discípulos que caminaban a Emaus. Y finalmente lo reconocieron “al partir el pan” (Lc 24, 35). 
Guillermo José nos invita a descubrir en la celebración eucarística la Presencia sacramental de Jesús que se hace COMPAÑERO de camino en esta peregrinación que es nuestra vida.  Reconocerlo “al partir el pan” nos ayuda a reconocerlo caminando a nuestro lado cada día, acompañando nuestra vida personal y comunitaria. 
La “Adoración del Santísimo Sacramento” escindida de nuestra vida, nos hizo olvidar muchas veces a los cristianos que Dios camina a nuestro lado.  Que al reconocerlo “compañero de peregrinación” podamos redescubrir el verdadero rostro del Dios de Jesús, y alabarlo y adorarlo con todo nuestro corazón.


Jesús, Pan de Vida,
gracias porque al partirte nos alimentás y fortalecés con tu Presencia.
Jesús, Hermano nuestro,
gracias por mostrarnos el rostro del Padre,
que nos revela un Dios peregrino caminando con su pueblo.
Jesús, Compañero,
gracias por caminar a nuestro lado en las buenas y en las malas.

Jesús, Pan de Vida,
ayudanos a compartir el pan de nuestra propia vida con los demás.
Jesús Hermano nuestro,
inspiranos el gesto y la palabra oportuna
para acercar la Ternura del Padre Dios a nuestros hermanos y hermanas.
Jesús, Compañero,
que sepamos caminar como vos al lado de los hombres y las mujeres de nuestro tiempo,
especialmente de los que más sufren.

Amén.

AT sm

domingo, 19 de junio de 2011

“En el nombre de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el nombre del Padre que me creó, del Hijo que me redimió con su sangre, del Espíritu Santo que me dio la abundancia de sus gracias…”


La CHAMIFRASE de la Semana 3

Domingo 19 de junio  - Fiesta de la Santísima Trinidad

“En el nombre de Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En el nombre del Padre que me creó,
del Hijo que me redimió con su sangre,
del Espíritu Santo que me dio la abundancia de sus gracias…”

(Testamento del 8 de agosto 1849)

 Pocos meses antes de morir, Guillermo José escribe su tercer y último testamento.  Son tiempos difíciles, de sufrimiento y conflicto.  Y al dejar confirmada su última voluntad lo hace con una fórmula distinta a los dos anteriores.  Es una fórmula de fe profunda iniciada por las palabras de la Señal de la Cruz,  y la convicción profunda de que su última voluntad se sostiene en el “nombre” de Dios.  Para el Padre Chaminade, siguiendo la tradición bíblica, el “nombre” era la “persona” misma”.  En este caso, las tres personas de la Santísima Trinidad.  Y lo que sigue no es una confesión repetida de memoria.  Es una confesión de fe del corazón, de fe experimentada a lo largo de la vida que reconoce a un  Dios que es Padre,  Hijo y Espíritu Santo.  No solo como una aceptación de la verdad revelada, sino como experiencia de fe personal: lo que notamos admirablemente identificada en esos tres “ME” que indican la acción personal de Dios en su propia vida.


Te doy gracias Padre Bueno
porque me regalaste el don de la Vida
Te doy gracias Jesús, Hijo de Dios,
porque con tu Encarnación me invitaste a ser en Vos
hijos de un mismo Padre
Te doy gracias Espíritu Santo,
porque me impulsás a seguir las huellas de Jesús
Te doy gracias Dios Uno y Trino
porque me amaste desde siempre
y me habitás desde lo más profundo de mi ser
Te doy gracias Señor,
Padre-Madre, Hermano, Señor y dador de Vida
Porque me llamás a una relación única y personal con Vos.
Amén.

AT sm

domingo, 12 de junio de 2011

“Cuando hacemos sitio en nosotros al Espíritu y le damos libertad para obrar e influir en nosotros, nunca deja de actuar, de guiarnos y de tomar posesión de nuestras potencias para elevarlas a las obras que Dios quiere de nosotros”

La CHAMIFRASE de la Semana 2
 
Domingo 12 de junio de 2011
 
“Cuando hacemos sitio en nosotros al Espíritu y le damos libertad para obrar e influir en nosotros, nunca deja de actuar, de guiarnos y de tomar posesión de nuestras potencias para elevarlas a las obras que Dios quiere de nosotros”
 
(del Manual de Dirección para la vida y las virtudes religiosas en la Compañía de María, 1829) 
 
Unidos a todos la Iglesia celebramos la Fiesta de Pentecostés. En este año especial en el que estamos celebrando el Año de nuestro Fundador, es una ocasión privilegiada para que también nosotros unidos en oración con María, nos preparemos para un nuevo Pentecostés marianista.
El Espíritu Santo está siempre dispuesto a llenarnos de su Presencia y animar nuestra vida personal y comunitaria. Pero no destruye nuestra libertad. Él necesita de nuestra disponibilidad para hacerle sitio y dejarlo entrar. No empuja ni derriba las puertas personales ni comunitarias. Pero si le abrimos y lo dejamos actuar, su Presencia de Luz y de Amor impulsará nuestra vida y nuestra misión.
 
 
Ven Espíritu Santo,
llena nuestras vidas de tu Luz y de tu Amor.
Ven Espíritu Santo,
nos cuesta abrirte las puertas de nuestros corazones porque a veces pensamos que ya no podemos cambiar
Ven Espíritu Santo
nos cuesta abrirte las puertas de nuestra Familia Marianista,
es que ya hemos intentado tantas cosas y otras que “siempre se hicieron así”.
Ven Espíritu Santo,
deseamos hacerte sitio en cada uno de nosotros, en cada una de nuestras comunidades, en nuestra Familia entera.
Ven Espíritu Santo,
no dejés de obrar en nosotros y de mostrarnos los caminos de Dios,
Ven Espíritu Santo,
es la hora,
sí es la hora de un nuevo Pentecostés Marianista
Amén
 


AT sm